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Mindfulness

Estrecha los lazos con la comida gracias a Mindfulness

Sara Parra
Tiempo de lectura
3 minutos

La práctica de Mindfulness proviene de la Meditación budista, consiste en prestar atención plena, de cuerpo y alma, de consciencia sin juicio de valor ni crítica.

Mindfulness hunde sus raíces en la comprensión de que cuando ignoramos lo que vemos, tocamos o comemos, es como si no existiese. Sin embargo, no es necesario ser budista para experimentar sus beneficios.Hoy en día, este concepto se aplica en el mundo occidental y está siendo muy utilizado por la psicología. No obstante, cuando se aprende solamente en teoría, su utilidad es casi nula.

La práctica del Mindfulness necesita aprenderse y utilizarse para incorporarla como estilo de vida.

Cuando empezamos a estar atentos de una manera intencionada e imparcial, nos centramos en el momento presente, echando mano a recursos como la fortaleza, creatividad y el equilibrio.

1. Mindfulness en mis pacientes.

Un caso emblemático de la terapia Mindfulness es la historia de María:

Ella era una de mis pacientes más iconos, que recuerdo llegar a mi consuñta hace más de 4 años. Ella ya no podía más, ni su espalda, ni sus rodillas soportaban el peso de su obesidad.

Los factores más perjudiciales dentro de sus hábitos eran:

  • Comía a deshoras y muy rápido.
  • No se sentaba tranquila en la mesa a comer.
  • Trabajaba mucho, con horarios muy desordenados, por lo que la alimentación no era prioridad.
  • Comía mucho por la noche, cuando se relajaba, se desquitaba comiendo.

María llegó con mucho miedo, odiando a las nutricionistas, siempre restringida por las dietas y a la vez frustrada porque sus 150kg la estaban matando en vida. Le estaban quitando esos años saludables de disfrutar con su hijo Martín de 3 años.

Lo había intentado todo, pastillas, sibutramina, dieta de la luna, dieta Grez, inyecciones, pero nada le hizo efecto. Ella quería cortar con el círculo vicioso, pero sabía que necesitaba ayuda. A la vez, tenía mucho miedo, porque sabía que el fantasma no se iría solo con la cirugía bariátrica, operación que finalmente decidió realizarse.

Este es el cuarto año de tratamiento con María, ella se encuentra pesando 70kg, el menor peso en sus 40 años de vida. Pudo bajar de peso y fue todo un logro. Me incluyo en esa lucha y me siento feliz por ella, porque todo éxito de una paciente también es éxito mío, es un camino que recorremos juntas.

María aprendió 3 claves que me parecen dignas de destacar:

  • Ahora come atenta, aprendió a aplicar el Mindfulness en su vida y ya nunca más come tan rápido
  • Se sienta tranquila al momento de comer, porque sabe que alimentarse es igual de importante que su trabajo
  • Ya no come por la noche, porque aprendió a escuchar sus señales de hambre y saciedad. Identificó cuáles eran esas señales, cuándo era el hambre cerebral y no estomacal, la que la acechaba.

Todavía tiene miedo, porque sabe que puede volver el fantasma, pero está segura que con los 4 años de tratamiento, tiene muchas más herramientas que antes para enfrentarse a ese fantasma. En palabras de ella:

“Acá estoy, con una independencia alimentaria, con esa sensación de dejar ir las restricciones y solo disfrutar”.

De mi experiencia como nutricionista, estoy convencida de que para perder peso de una manera duradera, sin altibajos y los casos exitosos como el de María, se deben 100% a su consciencia plena y el trabajo realizado para volver a conectarse con las sensaciones y necesidades de su cuerpo. Eso es Mindfulness.

Dos platos de puchero y un par de vasos de vino encima de una mesa de madera.
La hora de comer es un momento de disfrute, sin interrupciones.

2. Prestar atención para cambiar nuestro proceso de alimentación.

Al comenzar a aplicar esta práctica, mayor atención, en todo el proceso de comer, estás dando un importante paso en el camino de devolver las sensaciones corporales a tu vida, ese instinto con el que nacemos, que tienen los mismos bebés, quienes comen cuando tienen hambre y solos autorregulan su propio apetito.

Por eso creo en Mindfulness, porque al intentar ser más conscientes en todo momento, esta práctica viene a ser el antídoto de las relaciones adictivas que creamos a nuestro alrededor. Y aquí viene la mejor parte:

No tenemos que cambiar nada, no tenemos por qué ser diferentes ni “mejores”, no tenemos que esforzarnos en pro de ningún ideal ni empezar a hacer ninguna dieta, ni fijarnos una meta de perder peso.

Todo lo que tenemos que hacer, es prestar atención plena a aspectos de nuestra vida, que pudiéramos haber ignorado en favor de diversas idealizaciones más impulsadas por la sociedad o nuestro ambiente.

La alegría de comer atentas, no se basa en ninguna dieta, ninguna pirámide ni tabla nutricional. No se basa en ninguna inquietud acerca del futuro, si no que en las experiencias actuales que tienes enfrente de ti y en tus experiencias directas de salud al momento de comer y beber.

3. Tú también puedes aprender a comer de una forma atenta y aplicarlo a tu alimentacion.

Ahora lo interesante, es que Mindfulness es una práctica que todo el mundo puede desarrollar, leíste bien, tú también puedes comer atenta.  

Como sucede con cualquiera otra habilidad, desarrollar Mindfulness requiere práctica, una práctica diligente a lo largo de un importante periodo de tiempo. A diferencia de otros tipos de aprendizajes, como los del violín, Mindfulness aporta resultados inmediatos. Podemos consumir alimentos que no nos gustan especialmente y descubrir algo útil al hacerlo. Personas adictas al cigarro han terminado odiándolo cuando aplican técnicas de mindfulness.

Y lo más lindo aún, es que el Mindfulness es aplicable a todos los aspectos en nuestra vida, desde las relaciones de pareja, familiares, hasta nuestros hábitos. No depende de nuestra edad, sexo, coeficiente intelectual, capacidades musicales, ni de ningún otro talento, ni de nuestra facilidad para hablar idiomas.

4. Si aplicas el Mindfulness a tu alimentación y a tu cocina ¿vas a perder o ganar peso?

Conectarás mejor con tu sensación de saciedad y de hambre, por lo tanto tus porciones serán menores. Aprenderás igualmente a disfrutar de la comida de una forma muy distinta. En consecuencia: con la creación de este hábito y la práctica continua, es mucho más fácil bajar de peso.

Y lo que considero más importante, vas a perder otro peso mayor, que es ese peso de la infelicidad mental que sientes a la hora de comer y la insatisfacción respecto a los alimentos.

Y como toda pérdida, involucra una ganancia, al comer atenta estarás ganando una particular alegría frente a la comida, un placer y disfrute al comer. Deja de juzgarte porque eres lo más bello que tienes. Es el momento de quererte, con Mindfeedness.

Sara Parra

Fundadora de Mindfeedness, Licenciada en Nutrición, nadadora en tiempos libres y amiga de la comida.

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